He escuchado por parte de varias personas, definir la felicidad de forma diferente.
La RAE, por su parte, la define como: «estado de grata satisfacción espiritual y física».
Bueno… «estado» puede ser algo momentáneo o permanente, dependiendo de cuánto lo logremos sostener.
Muchas veces a lo largo de mi vida sentí que estaba en la búsqueda de la felicidad. Pero no me refiero a la búsqueda u obsesión por acumular momentos placenteros. Sino que buscaba alcanzar como una especie de galardón, llegar a cumplir con determinados requisitos que me definieran como una «persona feliz».
Si alguna vez iniciaste esa búsqueda, puede que estés de acuerdo conmigo en lo siguiente: obtener ese trofeo es PRÁCTICAMENTE IMPOSIBLE. Es una utopía.
Primero, intentas definir a corto plazo qué es lo que te haría feliz. Puedo darte varios ejemplos, como el hecho de llegar a tu casa luego de un día agotador en el trabajo, poder almorzar después de varias horas de ayuno forzoso o escuchar la voz de aquella persona a quien estuviste extrañando.
Pero luego de visualizar interferencias en el corto plazo, nos volvemos un poco más codiciosos, fijándonos objetivos a mediano y largo plazo.
Creemos que nuestra felicidad aumentará cuando tengamos ese trabajo que tanto anhelamos, ya que así no estaríamos tan deseosos de que nuestra jornada laboral acabe. Pensamos que tener nuestro propio vehículo facilitaría mucho las cosas, ya que con el tiempo en traslado ahorrado, tendríamos más tiempo para preparar nuestra comida y alimentarnos mejor. Tal vez luego de vivir junto a la persona que amamos seríamos más felices, ya que no extrañaríamos tanto.
¿Cuál es la sorpresa en todo esto?
¿Vas viendo más o menos por dónde viene la cosa?
Sí, siguen habiendo interferencias.
Muchas veces nos termina ocurriendo, que mientras nos esforzamos por lograr estos objetivos tangibles, mientras estamos trabajando para lograr nuestro fin, nos olvidamos del por qué lo estamos haciendo.
Debo aclarar que no me refiero a aquello que hacemos por necesidad, por amor o por obligación, sino exclusivamente a aquello que elegimos hacer para alcanzar la plena felicidad.
Nuestro fin (la felicidad), se termina desdibujando en los medios (el trabajo que realizamos para poder ser felices).
Hoy lo voy a dejar por acá, para que vayamos pensando.
¿Estás o has estado en la búsqueda?
¿Estás trabajando en un medio para alcanzarla?
¿Crees que estás en el camino correcto?
Con cariño,
Alex
Replica a Alexandra Castellano Cancelar la respuesta