Muchas gracias

Sé que más de una persona está esperando el día de hoy leer algo acerca de la felicidad.

Pero, con temor a desilusionarlos, debo contarles que ese no será el tema de hoy.

He estado pensando en esas cosas que uno tiene arraigadas, ya sea porque nos hemos acostumbrado a hacerlas, porque nos han sido inculcados desde pequeños, o sea por el motivo que sea. Y me he dado cuenta de que muchas de esas cosas las hacemos de forma automática. Así, sin pensar, sin sentir.

Hay una acción que se nos ha impuesto desde muy pequeños, que está entre las primeras cosas que se le enseña a un ser humano, debido a su importancia, tanto a nivel personal, como relacional: AGRADECER.

Muchos de nosotros hemos sido testigos de madres, padres, educadores, motivando a un bebé a decir gracias, al darles un objeto en su mano. Siendo también en estos casos testigos del balbuceo generado por el retoño, al intentar decir la palabra mágica: GRACIAS.

Buenos modales le llaman… Educación… Siempre es necesario dar las gracias como contraparte al recibir algo: un objeto, un gesto, una acción.

Ahora, la pregunta de esta noche es: «¿Realmente nos sentimos agradecidos cada vez que decimos GRACIAS?»

Tal vez resulte obvio: Si te digo gracias, es porque te lo agradezco. Pero si ahondamos un poco, creo que podemos deducir que no siempre que usamos la palabra amable, dentro de nosotros experimentamos un sentimiento de gratitud.

Cuando nos sentimos realmente agradecidos, pasamos por esa sensación de valoración hacia lo que estamos recibiendo.

Y cuando uno valora algo, ¿Qué hace con ese objeto-persona preciada? Lo cuida, lo protege, siente una alegría genuina, generada por este bello sentimiento hacia eso que es valorado.

Hoy quiero plantearte dos cosas:

1- Que por unos días, cada vez que digas gracias, pienses si lo haces como un gesto de educación o si realmente te sentís agradecido.

2- Que cuando experimentes esa sensación de valoración hacia algo/alguien, agradezcas.

¿Valoras el recibir un abrazo de un familiar? Da gracias

¿Valoras tener un empleo que te permite sustentarte a ti y tu familia? Da gracias

¿Valoras tener un sitio al cual regresar cuando te sientes perdido? Da gracias

Da las gracias con el corazón, dentro de vos. No lo hagas por costumbre.

Date cuenta que no tiene ningún sentido no valorar lo que amas o no amar lo que valoras.

Aprendamos a dejar la educación de lado por un momento y comencemos a sentir realmente la satisfacción de la gratitud.

Gracias Dios,

Gracias familia,

Gracias amigos,

Gracias, gracias. Muchas gracias…

Con cariño,

Alex.